-Buenos días. ¿Habéis pensado en mis desvaríos?-dijo sonriendo el profesor.
Los alumnos rieron
mientras buscaban un lugar donde acomodarse. David había cambiado la
distribución y había conseguido algunos cojines para los que no
tenían más remedio que sentarse en el suelo. Había puesto la mesa en un extremo para usarla como
escritorio y había encarado las sillas, el sillón y el sofá hacia
ella.
-Debe haber más
cuestiones importantes que motivaron la guerra ¿verdad?-dijo
Valentina.
-Sí, claro. Desastres de este tipo suelen plantear preguntas serias sobre la
forma de vida. Durante los años en el bunker tuve tiempo de pensar,
y creció en mí la intuición de que había algo viciado y
pernicioso instalado en nuestra forma de pensar y hacer mundo que
resultó fatal.
Algunos todavía
estaban buscando un hueco en la habitación. Había rostros de desconcierto.
-Algo estaba muy mal si las cosas acabaron así-espetó Pedro.
-Queríamos dominar-resolvió el profesor.
-Pero eso es
necesario. Nosotros estamos haciéndolo también-dijo Valentina.
-Sí, pero la
nuestra era una dominación que tenia infinitas direcciones pero
ningún objetivo más allá del mero control. Ahora nosotros dominamos para intentar salir
adelante del desastre. Luego veremos si no volvemos a las mismas.
Pero antes de la guerra nuestra forma de vida estaba impregnada de la
fuerte necesidad de dominar y controlar.
En algunos casos, la burocracia y la técnica parecían moverse solas, como si tuvieran vida propia. Todo era de proporciones tan gigantes que resultaba imparable en cualquiera de sus aspectos. Recordad todas las injusticias de las que hablamos el
otro día y y pensad que esa dinámica de poder, burocracia y
técnica que lo envolvía todo era casi omnipotente. Nadie parecía
tener la fuerza necesaria para mover ficha y cambiar esa dinámica.
-Y llegó un
momento que la cosa se fue de las manos ¿no?-Dijo
Daniel.
-Cuando
empezaron los primeros conflictos armados la comunidad internacional
intentó poner orden y sancionar a los países que comenzaron a
faltar a los derechos humanos, a comenzar guerras ilegítimas o a
saltarse a la torera los acuerdos de no proliferación nuclear. Pero
lo que ocurría era que toda esa red empujaba las cosas de tal manera
que la dominación infinita resbalaba en todas direcciones, haciendo
imposible el control mismo. Cada cual intentaba llevar su dominio tan
lejos como podía, creando una tensión cada vez más
poderosa-explicó el porfesor.
-¿No había escape
a eso?-Preguntó Pedro, sentado esta vez en el sofá junto a Alicia y
a otra chica pelirroja con pecas.
-Podría haber sido
posible, aunque también tendría sus problemas. La comunidad
internacional tenía su máxima expresión a nivel institucional en
la ONU. Esta organización tenía la misión mediar en conflictos.
Pues bien, muchos pensaban que la ONU debía tener el carácter
de una entidad supranacional fuerte.
-¿No era
así?-preguntó Alicia.
-Pues claro que no.
Había un voto por nación, pero no todas las naciones eran iguales
porque habían unos pocos que tenían un estatus dominante. No había acuerdo si esos miembros no lo querían-dijo Daniel mirando a la chica con vehemencia-. Era una mentira.
-Muchos se apoyaron
en la teoría de Hobbes para reforzar la
organización-dijo el profesor levantándose de su silla y dibujando
en la pizarra una especie de engendro alargado delante de una
persona hecha con simples rayas-. Hobbes entendía que el Estado era
un enorme monstruo creado por los hombres para llevar la paz al
Estado, administrar la justicia y así poder poder llevar las
cuestiones públicas en un clima sosegado. Era un monstruo porque el
Leviatán podía proteger a los miembros del Estado de los miembros, por así decirlo, canallas. Y por supuesto, ese monstruo también los protegería de
otros estados canallas. Pues bien, la idea era que muchos querían hacer de la
ONU algo así como el Superleviatán.
-¿Y eso no fue
posible?-preguntó Alicia.
-El conflicto de
intereses, la falta de entendimiento y la voluntad de dominio eran demasiado fuertes. Como ha
dicho Daniel, el principal problema era que no había una igualdad
real entre los miembros de la Asamblea porque las grandes decisiones
solían depender del Consejo de Seguridad, donde habían unos pocos
miembros con grandes privilegios. La capacidad del consejo de velar por los acuerdos solía verse limitada por
estos miembros privilegiados cuando su capacidad de dominio o sus
intereses se veían amenazados. La red de control y dominio era
gigantesca y casi todas las decisiones en las que se requería que la
ONU fuera un órgano con poder coercitivo real, un Superleviatán, solían
fracasar-admitió David.
-¿Entonces qué
pasó con la ONU?-preguntó Pedro.
-Pues básicamente,
que no fue capaz de cumplir su cometido.
-¿Todo se
descontroló?-pregunto Alicia.
-Muchos creen que
faltando esa entidad supranacional fuerte era imposible que algo así
no ocurriera. Otros piensan que la cuestión no la existencia de esa entidad con capacidad de controlar a los controladores, algo así
como un Estado para todos, sino que el problema estaba en la propia
cultura de control y dominio-dijo el profesor.
-¿Entonces qué,
sólo se podía esperar a que pasara?-Dijo Valentina, sentada en el suelo en el
fondo del comedor.
-Quiero que sobre
eso penséis vosotros solos. Mientras, voy a sacar alguna cosa para
comer-dijo el profesor saliendo de la habitación.
Al lado de la
cocina de leña David tenía un armario que le servía de
despensa. Sacó una gran fuente de latón lacado de color blanco, cortó en trocitos
los cinco bollos de trigo con azúcar que había canjeado por la
mañana con el bono de racionamiento, los calentó en el horno y los
sacó a sus alumnos. El papel moneda había comenzado a circular
recientemente, pero a los funcionarios (que constituían la mayor
parte de los trabajadores) todavía se les pagaba el salario con
bonos de racionamiento que canjeaban en los centros de
abastecimiento. Los bollos duraron poco menos de diez
segundos. Aún con la boca llena, Daniel se dirigió al profesor:
-¿Donde estaba
usted cuando empezó todo?
-¿Te refieres a
cuándo empezaron los primeros combates o cuando ya me vi con la guerra frente a mi
casa y me uní al combate?-preguntó David.
-Pues, ya que
estamos, a las dos cosas.
-La verdad es que
en los años previos empecé a notar que las cosas
no andaban bien. No era un discurso nuevo y en mis años de
estudiante era el pan de cada día escuchar cosas de esas.
Por un lado, tenía mucha fe en las personas, pero por otro seguía
inquieto, porque las cosas empezaban a tomar un cariz más
enrarecido a la luz de algunos discursos políticos. La cuestión
del multiculturalismo hacía aguas por todas partes y había una ola
de tribalismo que empezó como un legítimo reconocimiento de
diferencias que al final degeneró en xenofobia, etnocentrismo y
hostilidad grupal. En Israel y Palestina el discurso pasaba ya a
deshumanizar al otro, como ocurría entre norcoreanos y surcoreanos,
entre japoneses y norcoreanos, entre los países árabes del norte de
áfrica y prácticamente medio occidente, entre demócratas chinos y
conservadores, entre Irán e Israel...etc. Todos los polos se agudizaban y radicalizaban. Cuando escuchaba discursos
y argumentos notaba que las cosas se ponían feas. Entendedlo así: si tu interlocutor
en un conflicto deja de ser un hombre y pasa a ser un moro, un cerdo occidental, un imperialista, un ladrón, un
robot amarillo o cualquier cosa por el estilo, su condición de
humano desaparece y te resulta más fácil llegar a la masacre. Al principio tenía aun la convicción de que algo podía hacerse para cambiar la
dinámica hasta que me vi en la tele cómo la guerra
entre Indios y Pakistaníes terminaba con una gigantesca traca
nuclear. Entonces ya
tenía la certeza de que aquéllo podría llegar a ser una inmolación
a gran escala. Y con ello se desvaneció la fe en la humanidad que había tenido en mi juventud.
-Que miedo-
soltó Pedro.
-¿Dónde te metes ante una conflagración
nuclear mundial?. Vosotros sabéis que eso finalmente no pasó, pero
por entonces hubo una especie de histeria colectiva. Surgió un un terror que al menos sirvió para que
hubiera, aunque tarde, algunos acuerdos de no agresión nuclear.
-Ya, pero era tarde hubo
desastre ecológico igualmente. Además, la gente
siguió matándose con otra clase de armas mientras el mundo se iba a la mierda-dijo Daniel.
David asintió sin
más, miró su reloj y dio por terminada la clase. Mientras se iban
borró el monstruo de la pizarra y les recordó que a la semana
siguiente continuarían hablando de aquéllo.
Cuando he leido:
ResponderEliminar"Entendedlo así: si tu interlocutor en un conflicto deja de ser un hombre y pasa a ser un moro, un cerdo occidental, un imperialista, un ladrón, un robot amarillo o cualquier cosa por el estilo, su condición de humano desaparece y te resulta más fácil llegar a la masacre."
Me ha venido a la cabeza, que el otro día en el bus, charlando con un compañero me dijo "si eso sirve para que estemos bien económicamente, pues que maten a moros". Me parece que la gente no es consciente de lo que dice cuando lo dice.
Y a raíz de eso, uno se plantea hasta qué punto estamos insensibilizados. No hace mucho, uno podía contemplar la muerte en cualquier parte. Se moría la gente de súbito y hasta te podía tocar a ti. La medicina moderna ha permitido que eso ocurra con menos frecuencia. Además, los enfermos y sus problemas son trasladados a lugares apartados. Atención: no hago ningún juicio de valor sobre esto, solo indico posibles factores que influyan en el hecho de que las gentes no solo no sepan de que hablan cuando hablan de la muerte (en la medida en que la muerte ya no tiene lugar en nuestra sociedad), sino que van más allá cuando hablan con ligereza sobre quitarla prematuramente. Hablando de esto último, me pregunto hasta qué punto estamos entrenados para tolerar la violencia y la muerte que nos sirven los noticiarios a diario. ¿Puede ser la información la puerta de entrada de la lobotomía social?
ResponderEliminarBuenas,
ResponderEliminarAl leer "guerras ilegítimas" y "no proliferación nuclear" me ha recordado a los anteriores post sobre el hambre pues, ¿no son estos dos conceptos un arma de presión más sobre aquellos externos al círculo del "primer mundo"? Quienes poseen decenas o incluso cientos de cabezas nucleares (y la capacidad para producir más si fuese necesario) son los que ponen el grito en el cielo cuando un nuevo estado nación quiere agregarlas a su armamento y son además los que deciden la legitimidad de toda guerra en la esfera (y envidentemente las suyas lo son siempre)...
Sobre la ONU, todo un chiste. Se le puede aplicar aquello de "tarde, mal y nunca", ahí están los dos ejemplos más recientes de Siria y Libia. Está claro que nunca será capaz de cumplir su cometido mientras tome en consideración los conflictos (en los que sus miembros no tienen intereses directos) con meses de retraso y mientras el voto de un solo miembro sea capaz de vetar una resolución entera. Eso sin contar con que los no miembros suelen pasar bastante de las resoluciones y hacer lo que les sale del gorro...
PD: El reader de Google incluye y elimina tu blog a placer, así que veo las actualizaciones de tus entradas cuando le sale del gorro, no se que le pasa :/
A mi juicio, el problema es que parece haber un interés al usar el concepto "comunidad internacional". Lo podemos ver cuando el elemento social del concepto desaparece por completo en favor de cuestiones económicas y estratégicas. La idea que parece subyacer es que no hay sociedad humana por encima del interés mercantil y político de los grupos tribales. Es el uso continuado de ese concepto por parte de los poderosos lo que me inclina a pensar que se intenta alienar a la opinión pública con este dogma. Ya alienada la población, resulta fácil asustar a todos al hablar de arsenal nuclear.
EliminarEs un secreto a voces que Israel tiene un programa nuclear oculto. El mismo estado santurrón que señala con el dedo a cualquier sospechoso. Aun asi, hay que andar con ojo al tirar de la cuerda.
Con respecto a la ONU, pues bueno, como no hay varita mágica, habrá que ver en qué desemboca todo esto. A lo mejor, al acabar la crisis, las cosas son algo distintas. Veremos si se sigue produciendo más papel mojado o se saca algo positivo.
EL google reader es un poco churro. Te sugiero que pases regularmente por el blog o que busques la página de facebook para estar al día. Un saludo Jasón.