viernes, 6 de enero de 2012

Hacia atrás (1 de 5)

 -Chicos y chicas, este es vuestro profesor de Letras durante este año.
Estaba tan cansado de tanto cargar ladrillos que David no se había percatado del grupo de chicos que se había reunido unos metros más abajo. Le dolía la espalda. Se irguió lentamente, rió hacia adentro y se dijo: “por fin, se acabó el trabajo entre cemento y ladrillos”. Tras quitarse el sudor de la frente con la camisa, bajó del andamio. Había estado los últimos cuatro años trabajando en tareas de reparación, a la espera de un puesto como profesor, uno de sus sueños de juventud. Sin embargo, había pasado tanto tiempo desde que redactó la solicitud y realizó la prueba que ya no esperaba que llegara el día en que tuviera una clase para él.
-¿Así que este es el profe?-dijo un chico de unos dieciocho años, mirando con desprecio al enclenque hombre de aspecto cincuentón que tenía enfrente.
-¡Silencio!- espetó una mujer mayor, encorvada por la edad pero con una mirada que irradiaba vitalidad. A juzgar por su aspecto, debería tener más de noventa años.
-Dios mío, una anciana. Y muy mayor por cierto-pensó para si el recién nombrado profesor-. Buenas tardes ¿qué hacen aquí?. No he recibido ninguna notificación…
-Eso quería explicarle-cortó la anciana hablando rápidamente-. Hoy comienzan las clases y estamos muy ocupados en nuestro departamento. Tenemos pilas y pilas de papeleo y nos ha resultado imposible hacer llegar las notificaciones por correo a tiempo. Además, como sabrá, las escuelas están al límite y estamos encontrado dificultades a la hora de levantar nuevas. Si no queremos privar a los chicos de educación, tenemos que improvisar aulas. ¿Estaría dispuesto a dar clase en su casa a este grupo?
-No hay ningún problema-contestó David, recordando un artículo que hablaba de la escasez de escuelas y personal debido al Baby Boom de la posguerra.
-Perfecto, pues firme en este impreso. Aquí, bien. Estarán a su cargo de nueve de la mañana a dos de la tarde los lunes, martes y viernes. El resto de días estarán con el resto de profesores, tratando otras materias. Estas son sus fichas. Por cierto, me llamo Victoria-dijo mientras acercándose a David y  hablando a susurros-Haga algún descanso o se alborotarán y a mitad de mañana no habrá quien los controle.
-De acuerdo, lo haré.
La mujer desapareció moviéndose nerviosamente, como en mitad de una sobredosis de cafeína. Permaneció un rato callado, delante de un grupo de unos 20 chicos que le miraban con ojos desconcertados. Realmente tendría que tener muy mal aspecto. El trabajo había sido matador en la reconstrucción de la estación de tren. Aparte del aquél intenso trabajo, con el que no estaba nada contento, se encontró con que la notificación de incorporación a la docencia no llegaba, lo que aumentaba su desazón. Además, la suciedad y una debilidad que arrastraba desde su juventud no mejoraban su ánimo.

***

-Gracias por dejarme unos minutos para arreglarme un poco. Me llamo David. A pesar de que no os conozco, juzgo por vuestra edad y vuestras caras que ya sois gente seria y curtida. A vuestra edad en mi tiempo teníamos todo lo que podíamos desear y carecíamos de una medida de cuanto más queríamos. Y cuando te acostumbras a tener casi ilimitadamente, la escasez pesa como una losa. Pero dejemos esto, que ya parezco un anciano contando historias de antes la guerra.
-¿Usted vivió antes de la guerra?- Preguntó una chica de tez morena y pelo lacio oscuro.
-Llamadme David. Y sí, resulta que soy mayor de lo que parece. 
-Nos han contado como era todo antes. A mi me hubiera gustado mucho ver cómo eran los aviones esos con los que íbamos fuera de la tierra-dijo aquélla chica, que se llamaba Alicia.
-Yo he oído la historias de antes de La Guerra y aun no entiendo cómo se llegó a aquello. No entiendo cómo vuestra gente no hizo nada-dijo un muchacho con tono serio, que se presentó como Daniel Bellido.
-Esos aviones se llamaban transbordadores, y se dejaron de usar un poco antes de La Guerra. La respuesta a tu pregunta es tremendamente compleja y es posible que estemos demasiado cerca  en el tiempo para entender que ocurrió entonces- David dijo esto bajando la cabeza, apesadumbrado, escapando de los recuerdos-. Y además, eso ya serían batallitas.
-No, cuéntenos, y escucharemos una historia más. Cuesta mucho estudiar con escasez de libros, pero tiene su gracia. Y si resulta que su historia no sólo es el desvarío de un hombre destrozado, quizás se olvide para siempre si nosotros no la retuviéramos-dijo Daniel.
La clase estaba repartida por toda la sala de estar de la modesta casa del profesor; amontonada en el sofá, en el sillón de polipiel rajado, las cuatro sillas que tenía y repartida por el suelo. Las palabras del alumno pícaro tenían algo de maldad, pero también auténtica curiosidad. Los alumnos prestaron atención al ver que las palabras de Daniel habían convencido al profesor.
-Yo creo que el desastre se produjo en un clima de ceguera absoluta. La posible causa todos la conocemos y la forma en que se precipitaron los acontecimientos también la tenemos más o menos clara. El por qué no pudimos impedirlo es lo que más me preocupa. Los errores que llevan a un desastre de grandes proporciones deben suministrar el material con el que dar forma a costumbres, teorías e instituciones para intentar que estos no se repitan. En mi tiempo creíamos que habíamos aprendido lo suficiente del siglo pasado, pero nada más lejos de la realidad. En esa ceguera, primero entendimos que habíamos aprendido la lección y luego nos distanciamos del pasado. En mi generación ese destierro del pasado empezó cerca del año dos mil. Fijaos, “Año dos mil” era una frase que entonces se podía oír en todas partes: telediarios, periódicos, radio y publicidad repetían aquélla fórmula mágica. Incluso descubrimos que los ordenadores podían fallar porque no tenían en su código el año 2000. Ese error informático, llamado "efecto dos mil" también podría haber dado nombre a la fiebre por aquella fórmula mágica. Entonces, pensábamos que aquella fiebre era simplemente el efecto de lo nuevo y del marketing y que era soberana una tontería. Pero ahora creo que en aquéllo latía algo más profundo. En realidad, al decir en voz alta que estábamos en el año dos mil, o que en breve íbamos a adentrarnos en el Siglo XXI, vislumbrábamos utopías. Incluso nos creíamos ser protagonistas de una. Visto ahora es una idiotez, pero creo que entonces, al referirnos a las nuevas generaciones como los hijos del nuevo siglo, o mejor, del nuevo milenio, veíamos el escape a las locuras que atravesaban los sucesos del siglo anterior. Como si se tratara de una gran catarsis, hablábamos del siglo XX como “el siglo pasado”, y lo hacíamos con una gran sonrisa triunfalista.
-Ya ¿Entonces la gente pensaba que lo que había pasado en el siglo XX no iba con ellos no?-dijo Alicia.
-Y no solo eso, sino que parecía imperar la confianza en que nada parecido a aquello se fuera a reproducir. Además, cuando pensábamos el presente veíamos que nosotros teníamos mucho más de lo que nuestros abuelos y bisabuelos tuvieron. Las cosas, aunque había altibajos, parecían solo mejorar.  

6 comentarios:

  1. Buen relato y con bastante buena pinta, espero ansioso la continuación.

    PD: Offtopic (o quizás no tanto) Son bastante penosas cosas como la cancelación del transbordador en EEUU o el reciente recorte de 600 millones de € en I+D en España, el cortoplacismo sigue en vanguardia, hacia atrás...

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  2. Te tengo que agradecer algo que escasea en la red de redes: una pizca de fidelidad sin ningún vasallaje. Lo que tengo que confesar es que no se cuándo poner la segunda parte. Puedo ponerlas seguidas y aburrir a quién crea que es un coñazo, o ir subiéndolas intercalando otros contenidos. El riesgo es que se pierda el hilo. Esta vez, haré lo que pensáis que es más conveniente, que para eso leéis vosotros. Hay una encuesta en la parte derecha del blog.

    Y con respecto a tu offtopic,en general no es que tenga muy claro cuándo algo es "hacia adelante" o "hacia atrás". Te figurarás que para mi si algo brilla en demasía ya es signo de que a lo mejor lo han pulido hasta deslucirlo. Pero lo que indicas si es posible que sea, en muchos casos particulares, un serio revés.

    Volviendo al relato, creo que el mimso título "hacia atrás" tiene muchas lecturas. A ver cómo gira la peonza de este relato y qué es lo que se destila de él. Espero que tenga algún sentido para alguien. El que sea.

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  3. A la encuesta le falta un "Me es indiferente" como tercera opción. En cuanto al incoveniente de perder el hilo, siempre puedes seguir escribiendolo pero no publicar... De todas formas no olvides que lo mejor es escribir para ti, de otra forma lo harás con desgana y no será lo mismo.

    Sobre el offtopic, hombre, yo con ese hacia atrás hablaba en términos generales, por muchas pegas que le podamos sacar a nuestra época, el pasado era una mierda. Pero si que es cierto que ese hacia atrás tiene muchos matices y es uno de los puntos fuertes del relato.

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  4. De acuerdo. No votes pues. Lo cierto es que uno se desconcierta. Busca un poco de interacción en busca de respuestas, pero encuentro que aunque el relato tiene buena pinta, al personal le es indiferente si hay más la semana que viene o no en un lapso de menos de 24h.

    Respecto a la chicha de tu comentario, últimamente me encuentro cada vez más razonamientos de ese tipo (como el del artículo, se entiende). Que el pasado sea indeseable no hace que el presente no sea muy mejorable. Cuidado con esta piel de plátano, que está en el imaginario colectivo y que políticos e ideólogos de todo signo lanzan cuando no saben qué decir. En general, el artículo señala verdades conocidas por todos, pero esconde otras. En el apartado "tiranías" sobretodo. En general, hoy hay nuevas y muy diversas formas de tiranía y superstición que pueden escapar a nuestra vista.Y no están en el sistema, sino en nuestro coco. De eso suele ir este blog.

    La diferencia entre los dormidos y los medio despiertos no es que unos crean que el pasado fuera mejor y otros no, o que el futuro pueda ser peor o no. La diferencia entre unos y otros es la capacidad para buscar siempre la pregunta y encontrar las trampas de nuestra cultura. Quien piense que vivimos en el mejor de los mundos posibles (y lo que es peor, que no seguimos siendo ignorantes) se equivoca. Y quien piense que solo tenemos que librarnos de la enfermedad y la muerte prematura tiene una concepción de la vida humano un poco pobre.

    A ver si las siguientes partes van dejando algo por el camino en este sentido. Te pediría de nuevo(y estaría muy agradecido), tu opinión al respecto de publicar el 12 la continuación o pasar a otra cosa.

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  5. Sobre lo primero, en cuanto a indiferencia me refiero por supuesto que no me importa si lo publicas de seguido o intercalando otros contenidos, prefiero dejarlo a tu ver; pero por supuesto prefiero que termines el relato a dejarlo inconcluso.

    En cuanto a lo segundo, hombre, eso lo daba por hecho. Precisamente hablo de avance (y si no recuerdo mal, que puede ser puesto que hace mucho que lo leí, el artículo también) el estancamiento precisamente, es retraso. Está claro que queda mucho por hacer y aprender pero lo que trata de hacer el artículo de Yuri es abrir los ojos a toda esa gente (criados en la comodidad de la ciudad/pueblo grande siempre) de que la vuelta al campo y lo salvaje es maravillosa... si quieres ver ejemplos de estos especímenes nada más tienes que ver los comentarios de ese post, en el que algunos hablan de "tumbarse al sol y luego ir a cazar o a pescar al rio"; así, tal cual.

    En cuanto a tu insistencia... hombre, soy un poco impaciente y si fuese por mi, si hubieses publicado las 5 partes de golpe las habría leído de seguido, pero como te decía no tengo ningún problema en que intercales otros contenidos si tu (u otros lectores) así lo prefieren.

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  6. Okay Jasón. Muchas gracias por comentar y discúlpame si me he pasado de vueltas al pedirte tu opinión.

    En términos generales estamos de acuerdo, pero a veces esos argumentos esconden un optimismo en el futuro que me resulta algo ingenuo. Eso es de lo que habla David.

    Iremos discutiendo estas cosas en el futuro, seguro. Este tema da para mucho.

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