viernes, 10 de febrero de 2012

Ídolos

imagen de Enciclopedia universal clismón. Editada por Random House Mondadori.

Tenemos multitud de maneras se saciar nuestros apetitos. Encontramos cada vez una menor restricción a la hora de llevar a término nuestros placeres. El mandato que nos impele a gozar es poderoso. Curiosamente, casa con una relativa facilidad para llevarlos a cabo: descargas digitales, mayor cantidad de horas de ocio, condones, juguetes de todo género y uso, salas de concierto, bares, comida grasienta, sexo sin compromiso, videojuegos educativos, cine porno, violencia gratuita...etc. Una maquinaria engrasada al servicio del placer, tal y como pronosticaba el filósofo inglés Bertrand Russell. Hoy día, si existe un número significativo de personas que desea pagar por algo y puede permitírselo, habrá interés en producirlo y acabará sobre la mesa. En el caso de que lo que se desea sea ilegal o ande al límite de lo socialmente aceptable, estará debajo, pero estará igualmente. Lo que me fascina, a pesar de la variedad de modos de consumir placer que encontramos alrededor, es que nunca parecemos saciados. ¿Es posible que haya un cierto tedio a nivel social? En este sentido, Bertrand Russell se atrevió a pronosticar una sociedad lo suficientemente anclada en el hedonismo y tan saciada que incluso algunos individuos tendrían poco o nulo aliciente vital. Habría tal nivel de saciedad y aburrimiento en algunos individuos que la vida les podría acabar resultando verdaderamente insoportable: sufrirían de tedio-angustia. Es posible que tal y como andan las cosas, la realidad actual no se ajuste del todo a las palabras de nuestro entrañable abuelito fumón, pero eso no significa que en algunos detalles diera en el clavo y que en otros, acertara tangencialmente, sin darse cuenta.

En las últimas décadas la sociedad parece haberse movido por una lenta pero inexorable inercia adormecedora. Como prueba, basta mirar cómo los viejos agentes sociales, sindicatos y movimientos ciudadanos, iban perdiendo fuelle al tiempo que los partidos políticos iban amansando su discurso poco a poco e iban alternándose en el poder sin demasiados cambios sustanciales. Podría decirse que el ciudadano se ha movido por un lado maquinalmente, o mejor, arrastrado por el magma del estado-providencia, de tormentas políticas (reales o imaginarias), desastres ambientales y humanitarios. Siempre poco a poco. Es cierto que en gracias a internet y a los grandes medios de comunicación casi no ha habido límites en la autocreación, para la la búsqueda del león y el niño que llevamos dentro. Sin embargo, hay algunos aspectos que me hacen sospechar que a pesar de la multitud de medios para gustar, gustarse y crearse a uno mismo, lo único que hay es el "sujeto 2.0". Aparte de la apatía, característica fundamental tal sujeto, encontramos una alarmante impasibilidad ante el regreso de ideas y actitudes que se creían superadas (ultraderecha, tribalismo, marxismos radicales y en general, gregarismo acrítico), además de una inmensa facilidad para dar el visto bueno a todo esto sin percibir un horrible tufo a podrido.

En este contexto, el líder “carismático” y vociferón, los aplausos vacíos y los tópicos políticos no se han ido, sino que adoptan nuevas formas espoleados por nuevos medios de comunicación e información. Resulta llamativo el caso de los defensores de la libertad, los llamados Anonymous. En un curioso juego de magia social, la masa internauta ha transformado en ídolos a sujetos indeterminados y sin rostro, supuestamente alejados de la clase política pero con un discurso que guarda enormes parecidos con el de buena parte de las ideologías de nuestro tiempo: demagogia sin límites, enorme incapacidad (o escaso interés) en la pedagogía social y grandes cotas de poder y manipulación. Veamos.

La forma de usar los conceptos "libertad", "acciones pacíficas", "cultura" y "derecho" por parte del grupo roza la sátira. Sátira política cuando se repiten eslóganes maquinalmente y la masa asiente., llaman la atención dos casos tristes en lo que respecta al uso del concepto libertad. El primero tiene que ver con el boicot a la página de la Fundación Primo de Rivera. Que conste: no me gusta ni la fundación ni el personaje. Lo que ocurre en este caso es preocupante, pues sencillamente se está exportando el modo de actuar de un partido con brazo armado al universo virtual: ataque directo al grupo cuyo discurso es contrario al propio, no al propio discurso cotrario. Al hablar de la figura de Primo de Rivera desde la posición que cada cual estime justa nos movemos dentro una sociedad libre. Pero eliminar una lectura, por alejarse de la propia, es de dudosa compatibilidad con la libertad que Anonymous predica. El segundo caso tiene que ver con la publicación de información y datos privados de personas afines a la infame ley Sinde, pero también de detractores de la piratería. Y todo esto sin ningún tipo de discriminación entre ellos. En el supuesto caso de que la publicación de datos (no quiero pensar para qué) de personas afines a Sinde pueda ser leído como un alegato en pro de la libertad, me niego a aceptar que eso sea así para gente que simplemente opina que la piratería no es de su agrado e interés. Se repite el mismo caso que en el sabotaje de la web de la fundación: “no piensan igual, pues al ataque”. Curiosamente, tienen la costumbre de invocar la libertad de expresión y de denunciar la censura. Lo cierto es que hablando de censura y teniendo en cuenta que esta tiene su máxima expresión en la eliminación sistemática de información por el fondo y que esta eliminación suele aparejar el castigo y el linchamiento social de determinadas opiniones, me cuesta bastante no seguir considerando a este grupo una suerte de poderosa microideología con un peculiar sentido del pacifismo. Digo  microideología y no ideología en tanto producto que posiblemente se extinga como vino, para ser sustituido por otra forma de conducción del imaginario colectivo, igualmente efímera y fugaz, como buena parte de los productos de nuestro tiempo. Mientras tanto, puede aprovechar para hacer al poco crítico y aburrido sujeto 2.0 partícipe de epopeyas colectivas sin salir de casa. Sí señor, todo un mérito.


4 comentarios:

  1. En referencia principalmente a lo de Primo de Rivera, hace poco escuché (o leí, no lo recuerdo) algo así como que, el que todas las opiniones sean respetables es una soberana chorrada, lo respetable es el derecho a enunciarlas.

    Sobre el tema Anonymus creo que el problema precisamente es el ser un movimiento sin rostro o cabeza, al que se puede sumar como bien dices cualquier tipo de movimiento demagógico e hipócrita utilizando esta "organización" como máscara. Cualquiera puede abrir un blog, una cuenta de twitter o colgar un video en youtube llevando la máscara de Guy Fawkes y, mediante un mensaje elocuente conseguir cierta aceptación social y movimiento en cierta dirección... pero no por ello estar basandose en los principios que se supone constituye este difuso grupo.

    Aún así hay que puntualizar que no es tanto eliminar información en lo que consisten estos ataques DDoS, por un lado simplemente es la caída del servicio durante unos minutos u horas sin provocar ningún daño real a los datos del mismo; y por otro este no es el objetivo. Digamos que es como en una manifestación, el objetivo no es el privar de la libre circulación por las calles donde circula (o al menos no el de la mayoría de los que participan) sino, meramente, hacerse notar y transmitir el mensaje a más gente. De este modo con estos ataques se busca hacer notar el rechazo a ciertas medidas o actuaciones y conseguir que el foco mediático se pose sobre los mismos y no el evitar el acceso a esa información (aunque no voy a negar que a muchos, de manera completamente hipócrita, lo harían si pudiesen; ese cliché tan explotado por Hollywood en el que el rebelde se termina convirtiendo en lo mismo contra lo que lucha).

    Sobre el resto del texto, totalmente de acuerdo.

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    1. Saludos, Jasón:

      Exacto, la idea viene de Voltaire: "No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". Bien entendida la idea, resulta difícil prescindir de ella en una sociedad libre (o que pretende serlo). La clave es que una sociedad cambiante, que sabe que hay cosas que cambian y que deben cambiar, debe permitir que cualquier voz esté en pie de igualdad con las demás. Luego ya es el respetable el que puede rechazar el mensaje o no. De lo contrario, como decía sir Isaiah Berlin, no habrá cambio si es necesario, ni un sujeto que forme su propia conciencia, sino lo contrario: estancamiento, involución y adoctrinamiento. Por lamentable que me resulten determinados discursos, debo respetar a la gente que los emite o por lo menos, el espacio donde son emitidos.

      Anonymous está ejerciendo un caudillaje y lo que me acojona es que la gente no se está dando cuenta de ello. La conciencia transmuta en un repetidor con el socorrido “we are legion” que termina reduciendo al sujeto en nada.

      Me importa bien poco el lavado de cara que a ratos intentan hacer tanto los caudillos como los peones. Si una web se cierra durante horas porque es una web de la derecha más rancia de este pais, estamos ante un acto de sabotaje. En el mundo virtual, lleno de gifs, memes y demás chorradas, parecerá una nimiedad, pero se parece bastante ir a la sede de un partido políticos a colocarle unas cadenas para que nadie saliera o entrara allí. O nos tomamos la libertad de expresión en serio o no, porque hay que tener ojo al disculpar determinados actos, porque siempre se empieza con una pequeña piedra, y esto ya tienen su particular legión que legitime cualquier acción posterior a las ya bastante feas realizadas. Hay mil maneras para hacerse notar, muchas de ellas realmente pacíficas, tanto dentro como fuera de internet, que tienen una altura moral menos discutible y unos efectos a nivel mediático bastante parecidos. Lo que ocurre es que desde casa quejarse y lloriquear es más fácil. Sinceramente, creo que los únicos con coco en esto son los del partido pirata. Sin embargo, supongo que esto último es menos emocionante y cómodo (eso de militar y formar parte de un partido), por lo que conecto trágicamente con el aburrimiento patológico que parece que nos domina.

      Muchas gracias por seguir el blog y comentar. Javier

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    2. Hablando de... http://www.ppdefoz.es/ (video: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=v9hOL-glfHg) Hay que decir que el video es bueno, demagógico si, aunque no por ello menos cierto; y no se porque me ha recordado a Ghost in the Shell...

      Tal como comentaba es un acto "individual" (del "Sector 404") atribuido a Anonymous y como decías, un ejemplo de acto de sabotaje, pero que cumple su función. Gracias a esto el video es TT y seguramente la noticia aparezca en los informativos (cosa que no habría ocurrido de otra manera). Es una forma de hacer llegar el mensaje o al menos la presencia de una fuerza opositora a traves de los grandes medios, en los que los otros (esos a los que se sabotea para ello) tienen un lugar asegurado para transmitir su mensaje.

      Puede que a nosotros nos pueda llegar el mensaje de Anonymous (y similares) de otras maneras, sin necesidad de hackear o tumbar webs, pero a nuestros padres, por ejemplo, no. Ahí está el caso del 15m, del que tanto costó que televisiones y diarios se hicieran eco y más aún que ocurriese de forma veraz y no denostado (aunque esto segundo, no llegase a ocurrir del todo). Al principio, cualquier persona ajena a twitter no tenía ni idea de que estuviese ocurriendo algo como aquello y cuando se enteraron seguían sin saber de que iba realmente el tema por la subjetividad o la falta de calidad de la información.

      Y hablando de como vuelan las noticias en twitter y del enquistamiento de las noticias en nuestro periodismo interesado, a estas horas Atenas sigue ardiendo... un paso más "Hacia atrás".

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    3. Pienso que certeza y demagogia son malos amigos. De hecho, la demagogia se caracteriza por un interés por mover a las masas por medio de malos argumentos que apelan fundamentalmente a prejuicios y que van directamente a la sensibilidad y no al jucio de cada cual. Este video he de reconocer que tiene mayor calidad que el resto que he visto, pero no puedo sino seguir afirmando que aunque las virtudes son buenas, el mensaje final es sumante contraproducente, ambigüo y tremendamente incoherente si ponemos al lado las palabras del vídeo palabras y hechos como los que cito. Cojonuda alusión a Ghost in the shell, por cierto. Has dado en el clavo. Ahora queda pro ver si eso de la inteligencia colectiva es inteligencia o es caos.

      Sinceramente, creo que al menos en un punto caes en la trampa de Anonymous: Ahora hay una mayoría que le hace la gracia porque entran en las webs que no nos gustan o porque hacen cosas “menores”, pero la cuestión no es esa. El meollo es si más tarde pueden actuar sobre algo que sí nos guste o creamos importante ¿Qué legitimidad tendría entonces criticarlos en un marco como el nuestro? Porque claro, no vale eso de justificar cualquier salto de código cuando joden a los demás y luego decir eso de “que no lo hagan cuando al que joden es a mí”.

      Vivimos tiempos bien jodidos, pero bien, bien jodidos... La gente se levanta legítimamente y el tinglado montado para que la gente pueda llevar su vida se les viene encima con ajustes y porrazos. La clase política no está a la altura por muchos motivos, pero creo que Anonymous, a pesar de tener un fondo discursivo de mucho calibre (en este video se ve más seso que en otros), pierde toda legitimidad cuando pretende suplantar al ciudadano de a pie con ese caudillaje que pretende hacer creer que el usuario de internet en su casa “es legión”. A mi juicio, eso es demagogia y caudillaje a la que el internauta accede adormecido, muerto de asco delante del PC. Esto apesta mucho más cuando además lo hacen con el rostro cubierto y esta vez. La clave para que las instituciones gocen de confianza, la que sea (desde un parlamento hasta una organización terrorista) es que la gente sepa a quién dirigirse si algo no le gusta. La película se torna sórdida en este punto: cuando la gente se dirige el rostro visible y este no responde, se va desamparado al que le ofrece todo, pero no ve ni puede pedirle cuentas... Los dos casos son igualmente tristes y deleznables.

      Levantarse sentado delante del PC es un contrasentido. Dejar que otros hagan las cosas por ti es paternalismo y autoritarismo.

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